Por: Juan Villanueva Criales
La celebridad arqueológica del 2014 fué la Illa del Ekeko hurtada a los pobladores de Tiwanaku, por Jacob Von Tschudi en 1958, esta pequeña escultura integró la colección del Museo de Berna desde 1929. Tras 156 años ha sido repatriada por el gobierno boliviano, abriendo un camino que ojalá transiten más piezas.
En su obraTunupa y Ekeko de 1969, Carlos Ponce relaciona las figurillas jorobadas de Tiwanaku, de los siglos VI a XII, con Tunupa, el dios aymara del rayo. Ponce hace referencia a los kallawayas, médicos tradicionales de la ceja de selva, quienes atraen la fortuna con un amuleto en forma de pequeño corcovado llamado Keko . Nombres similares se vinculan a Tunupaoa Yllapa, el dios inka del rayo, en testimonios españoles del siglo XVI. Así, la figurilla jorobada de tiempos de Tiwanaku sería un ancestro del Ekeko. Para 1920, Rigoberto Paredes indica que el Ekeko era un ídolo especialista en temas de amor y matrimonio. En ese entonces llevaba ya más de un siglo asociado a la fiesta del as miniaturas o Alasita. En1781, el Gobernador de LaPaz, Sebastián de Segurola, había trasladado esta fiesta del 20 de octubre al 24 de enero, día de la Virgen de La Paz.Y el Ekeko, de yeso y sin joroba, había adquirido el rostro bonachón del propio Segurola. Con las décadas, seconsolidará como el “Dios de la Abundancia” , el protagonista mayor de la fiesta de la Alasita.
¿Y qué es Alasita? para algunos viene del aymara alasiña, comprar. Otros, como Milton Eyzaguirre, sugieren alternativas basadas en diccionarios coloniales: alaafitha, dejar crecer las uñas y el cabello, o alauisitua, fiesta inka de expulsión de enfermedades . Esto relaciona a la Alasita con ideas andinas de abundancia y crecimiento. En muchas comunidades, las illas, miniaturas de papas, choclos o animales, se colocan cerca de los almacenes en época húmeda, propician do la producción. Cabe notar que existen miniaturas desde hace unos 3.000 años en los Andes bolivianos, a un que no es seguro que hayan funcionado como illas.
El Ekeko no es illa, por que es un ser que otorga deseos y no un deseo en miniatura. Pero terminó enlazado con las miniaturas en la costumbre de la Alasita, según la cual comprar miniaturas y hacer las bendecir el 24 de enero a medio día concretará nuestros sueños. Ese día, las plazas de la ciudad de La Paz rebalsan de quienes persiguen carretillas y títulos doctorales. Camiones y Ipads. Cocinas y edificios. Costales de arroz y tarjetas de crédito. La miniatura expresa un sueño que con fe y trabajo se realizará. Su belleza está en su actualidad: si en cien años existen naves a Neptuno o máquinas del tiempo, la Alasita tendrá versiones de madera, plomo y cartón, en escala Ekeko, listas para ser soñadas.
Pero la Alasita también es una feria singular, donde los periodiquitos se burlan del mundo. Donde juegas en las canchitas y al tiro al blanco ,a la lota y la suerte sin blanca. Donde compras plantas, una alcancía de Bob Esponja, un acróbata de madera, un camión de hojalata y soldaditos de plomo. Don de comes churros, y pasteles minúsculos en un cucurucho. Donde una máquina te imprime el horóscopo o un yatiri lee tu suerte en estaño.