El mundo del arte es un vasto universo donde las influencias, las experiencias personales y las visiones se entrelazan para crear obras que trascienden las barreras del tiempo y la cultura. En una entrevista exclusiva con el artista boliviano Marcelo Suáznabar, nos adentramos en su fascinante viaje desde la infancia hasta su consolidación como un destacado exponente del surrealismo contemporáneo.
Marcelo encontró su vocación desde temprana edad. «Desde niño me gustaba mucho dibujar y pintar con temperas, pasteles y acuarelas», recuerda. Fue a los 16 años, durante una visita a museos e iglesias en Potosí, donde el arte tomó forma definitiva en su vida. Las pinturas tenebristas de maestros del Barroco, como Melchor Pérez de Holguín y Leonardo Flores, lo inspiraron profundamente y lo llevaron a adentrarse en la pintura al óleo.
Su estilo se fue moldeando en una fusión de surrealismo mágico y pop surrealismo a lo largo de una etapa inicial de más de 5 años de arte sacro. «Fui adquiriendo ciertos ingredientes que acercan a un surrealismo», explica Suáznabar. Influenciado por el Arte Barroco y los surrealistas del siglo XX, sus obras reflejan un mundo donde lo real y lo imaginario se entrelazan en escenas oníricas y alegóricas.
La rica diversidad y simbiosis cultural de Bolivia también dejaron una marca indeleble en su arte. Su primera serie de Arte sacro se sumergió en las influencias del barroco colonial, cuya simbología y paleta de colores han perdurado en su obra.
En busca de mejores oportunidades, Suáznabar se trasladó a Norte América a finales de 2001. Sin embargo, esta transición no fue fácil. «Fue una etapa muy dura», recuerda. Adaptarse a un nuevo país, sistema y idioma representaron desafíos significativos en su carrera.
A pesar de los obstáculos, Suáznabar logró establecerse en el mercado artístico internacional. A través de exposiciones individuales y colectivas, así como participaciones en ferias internacionales de arte, ha llevado su obra a diferentes rincones del mundo, desde Canadá hasta Hong Kong.
Una de sus obras más emblemáticas es «Últimos minutos», un políptico que destaca por su mensaje profundo sobre el paso del tiempo y la relación del ser humano con la naturaleza. Pintada en 1999 para la II Bienal del Merco Sur de Porto Alegre, esta obra ha viajado por museos y galerías de varios países, dejando una impresión duradera en quienes la contemplan.
Suáznabar busca provocar curiosidad y reflexión en quienes observan sus obras, aunque reconoce la relatividad de la percepción artística. Para él, el éxito como artista se traduce en la posibilidad de dedicarse plenamente a su pasión y en la aceptación de su obra por parte del público. «El éxito podría traducirse en la cantidad de horas que podría estar creando en mi taller», reflexiona.
Marcelo Suáznabar, con su inquebrantable perseverancia y su inigualable visión artística, se erige como un faro en el vasto mar del arte contemporáneo, inspirando a generaciones presentes y futuras a explorar los rincones más profundos de la imaginación humana.
*Encuentra la entrevista completa al final de la página.
Interview with Marcelo Suáznabar
The art world is a vast universe where influences, personal experiences and visions join to create works that transcend the barriers of time and culture. In an exclusive interview with the Bolivian artist Marcelo Suáznabar, we delve into his fascinating journey from his childhood to his consolidation as a leading exponent of contemporary surrealism.
Marcelo found his calling from an early age. «Since I was a child I really liked drawing and painting with temperas, pastels and watercolors,» he remembers. It was at the age of 16, during a visit to museums and churches in Potosí, where art took a definitive shape in his life. The dark paintings of Baroque masters, such as Melchor Pérez de Holguín and Leonardo Flores, deeply inspired him and led him to oil painting.
His style was molded into a fusion of magical surrealism and pop surrealism throughout an initial stage of more than 5 years of sacred art. «I was acquiring certain ingredients that brought us closer to surrealism,» Suáznabar explains. Influenced by Baroque Art and the surrealists of the 20th century, his works reflect a world where the reality and the imagination join each other in dreamlike and allegorical scenes.
Bolivia’s rich cultural diversity and symbiosis also left an indelible mark on its art. His first series of Sacred Art immersed himself in the influences of colonial baroque, whose symbology and color palette have endured in his work.
In search of better opportunities, Suáznabar moved to North America at the end of 2001. However, this transition was not easy. «It was a very hard stage,» he remembers. Adapting to a new country, system and language represented significant challenges in his career.
Despite the obstacles, Suáznabar managed to establish itself in the international art market. Through individual and group exhibitions, as well as participation in international art fairs, he has taken his work to different corners of the world, from Canada to Hong Kong.
One of his most emblematic pieces is «Last Minutes», a polyptych that stands out for its profound message about how time runs and the relationship between human beings and nature. Painted in 1999 for the II Merco Sur Biennial in Porto Alegre, this work has traveled to museums and galleries in several countries, leaving a lasting impression on those who contemplate it.
Suáznabar seeks to provoke curiosity and reflection in those who observe his works, although he recognizes the relativity of artistic perception. For him, success as an artist translates into the possibility of fully devoting himself to his passion and the acceptance of his work by the public. «Success could translate into the number of hours I could be creating in my workshop,» he reflects.
Marcelo Suáznabar, with his unwavering perseverance and unmatched artistic vision, stands as a lighthouse in the vast sea of contemporary art, inspiring present and future generations to explore the deepest corners of the human imagination.
Entrevista completa con Marcelo Suáznabar, Abril del 2024
¿Qué te inspiró a convertirte en artista y a qué edad descubres esta vocación?
Desde niño me gustaba mucho dibujar y pintar con temperas, pasteles y acuarelas, a la edad de 16 años visitamos con mi padre y mi hermano las colecciones de los museos e iglesias en Potosí, como La casa de la Moneda y el Museo del convento de Santa Teresa, las pinturas de los maestros del Barroco como Melchor Pérez de Holguín, Pastor Miguel de Berrios, Leonardo Flores entre otros me provocaron un profundo interés por el impacto tan fuerte de sus pinturas tenebristas que se quedaron grabadas en mi mente, al retornar a casa decidí comenzar a pintar al óleo en una tabla de madera, fue una interpretación de La Virgen con el Niño, ese fue el inicio y el descubrimiento de mi vocación si se podría decir, la pintura fue tomando fuerza poco a poco para que se convierta en mi profesión y se fue desarrollando en varias etapas, el arte es un camino muy largo, una búsqueda constante entre experimentar y explorar todas las posibilidades, en ese proceso mi vocación se convirtió en mi profesión errando y volviendo a intentar… de eso se trata.
¿Cómo describirías tu estilo artístico? Algunos los describen como surrealista, alegórico y onírico.
R.- Después de una etapa inicial de más de 5 años de arte Sacro pienso que fui adquiriendo ciertos ingredientes que acercan a un surrealismo quizás por la influencia del Arte Barroco del siglo XVI y XVII y los artistas medievales que siempre admire como El Bosco o Brueghel y más adelante los surrealistas de principios del siglo XX, pero es difícil definir un estilo, por las características de mi trabajo estaría dentro de un surrealismo mágico o un pop surrealismo.
¿Han influido de alguna forma, tu ciudad natal o Bolivia en el desarrollo de tus obras?
Si definitivamente influye en un inicio por la rica diversidad, el entorno y toda esa simbiosis de nuestra cultura, mi primera serie de Arte sacro fue fundamental para poder partir con una influencia muy fuerte de los artistas del barroco colonial, la simbología y la paleta de colores proviene desde mi primera serie, en una evolución de tantos años pienso que mis imágenes tratan de ser universales tienen aún una raíz muy fuerte que no se desconecta.
¿Cuándo y porqué surge tu traslado a otro país?
R.- A finales de diciembre del año 2001, En busca de mejores opciones para poder desarrollar y difundir mi trabajo en Norte América.
¿Cuál de tus obras podrías decir que es muy especial o tiene una historia que la haría única y por qué?
R.- Últimos minutos 360 x 240cms óleo sobre tela, es un políptico de 8 piezas que pinte el año 1999 para la II Bienal del Merco Sur de Porto Alegre – Brasil, esta obra tiene una historia singular ya que la pinte uniendo de dos en dos los paneles para realizar los trazos y pasar el color de panel a panel, y terminarla una por una sin verla armada completa por el espacio reducido que tenía en mi taller de Oruro, se envió a Brasil y se expuso en la Bienal con la curaduría de Pedro Querejazu, yo no pude verla completa si no hasta su regreso al país y la expusimos en el Museo Nacional de Arte en una muestra individual, la satisfacción fue muy grande al verla colgada en las paredes del Museo, luego esta pintura se expuso en Chile, México y Canadá. y es que el eje principal de esta obra es el silencioso y angustiante paso del tiempo, el deterioro de la naturaleza y el comportamiento del ser humano poco comprometido con la protección del medio ambiente, es un enorme caballo blanco que trata de desprenderse del suelo que está construido por el hombre con azulejos blancos y negros simbolizando un frágil progreso, en su lomo brota un árbol con frutos que son relojes y la gente desnuda con rostros también de relojes deambulan despavoridos en toda la caótica escena, pienso que de algún manera esta obra significo para mí un paso muy importante para poder expresar ciertas inquietudes y pensamientos sobre el lenguaje de la imagen, la simbología, el uso del color y composición de escenarios en los cuales podría registrar ideas y conceptos sobre la vida y los elementos que nos rodean.
¿Cómo ha sido su proceso de adaptación al mercado artístico internacional?
R.- En un principio fue muy complicado ya que es difícil establecerse en un nuevo país, con una cultura distinta, con un sistema diferente, sin contactos, otro idioma y por muchas razones tanto económicas y de sobrevivencia hace que ejercer el oficio sea realmente una proeza…. fue una etapa muy dura. Mi primera salida del país fue el año 1992 a Santiago de Chile, a un taller de temporada de la Universidad Católica de Santiago, exponer en una muestra colectiva y luego en una individual en Santiago me motivo mucho, recorrer los museos y las galerías en esta ciudad fue suficiente para darme cuenta que podría intentar mostrar mi obra también en otros países, llegando a Canadá entendí que debería tratar de difundir mi trabajo paulatinamente entre Canadá, México y Estados Unidos todo este proceso fue muy difícil, comencé con algunas galerías tratando de mover la obra a otros países y participando en ferias internacionales de Arte, exposiciones individuales y colectivas y también tratando de exponer en Bolivia para no desconectarme del país, es un aprendizaje constante en el que la perseverancia y la disciplina favorecen de alguna manera el camino mientras se van cometiendo errores que por supuesto de eso se trata.
¿Cuál es la última exposición en la que participas y con cuál serie o colección?
R.- El pasado marzo expuse simultáneamente en una muestra individual titulada Extraño en Merrick Gallery, Victoria BC – Canadá a esta fueron pinturas cerámicas y bronces, y también tuve una participación individual en la feria internacional Art Central Hong Kong, con una galeria que me representa en Seúl-Corea en esta fueron 17 pinturas y tres bronces. Todas las obras pertenecen a la serie onírica y surreal en la que continúo trabajando.
¿Qué impacto crees que tiene tu trabajo en el espectador? ¿Hay algún mensaje o emoción específica que buscas provocar?
R.- Es una buena pregunta, pero un poco difícil de responder ya que el impacto puede ser relativo, cada persona interpreta según su apreciación, la composición, el tema y el uso del color pueden sorprender en una obra o también puede desagradar o no tener sentido…eso es difícil de precisar. Trato de expresar una idea que se materialice en el papel o la tela, pero el impacto o la traducción al observador podría ser totalmente opuesto a la idea principal, ahora si es muy interesante que la obra logre provocar cierta curiosidad eso genera una búsqueda del significado o también puede adoptar una propia interpretación.
¿Cómo defines el éxito como artista, y en qué medida sientes que lo ha alcanzado?
El éxito es algo efímero, para mí el éxito podría traducirse en la cantidad de horas que podría estar creando en mi taller, eso también quiere decir que la obra puede estar teniendo un alcance o aceptación de la gente que me permita poder disponer del tiempo necesario para dedicarme exclusivamente a crear eso ya se podría decir que es un éxito! y que las galerías que representan mi trabajo puedan difundir y promocionar mi obra o recibir invitaciones para poder exponer en distintos lugares me da cierta tranquilidad para seguir creando.