
Bolivia ha sido testigo de la valentía y la determinación de mujeres que dejaron una profunda huella en la historia de la nación con notables mujeres bolivianas, estas intrépidas heroínas, cuyas acciones y logros han forjado el camino hacia una sociedad más igualitaria y justa, cuyas vidas y legados continúan inspirando a generaciones presentes y futuras.
𝗔𝗱𝗲𝗹𝗮 𝗭𝗮𝗺𝘂𝗱𝗶𝗼 (𝟭𝟴𝟱𝟰-𝟭𝟵𝟮𝟴): 𝗟𝗮 𝗣𝗶𝗼𝗻𝗲𝗿𝗮 𝗱𝗲𝗹 𝗙𝗲𝗺𝗶𝗻𝗶𝘀𝗺𝗼 𝗕𝗼𝗹𝗶𝘃𝗶𝗮𝗻𝗼: Nacida el 11 de octubre de 1854 en Cochabamba, Adela Zamudio es considerada la precursora del feminismo en Bolivia. Sus escritos y poesía reflejaron la lucha por los derechos de las mujeres en un momento en que la igualdad era un sueño lejano. Su influencia llevó a la celebración del Día de la Mujer Boliviana en su honor.
𝗟𝗶𝗱𝗶𝗮 𝗚𝘂𝗲𝗶𝗹𝗲𝗿 𝗧𝗲𝗷𝗮𝗱𝗮 (𝟭𝟵𝟮𝟭-𝟮𝟬𝟭𝟭): 𝗟𝗮 𝗣𝗿𝗶𝗺𝗲𝗿𝗮 𝘆 Ú𝗻𝗶𝗰𝗮 𝗣𝗿𝗲𝘀𝗶𝗱𝗲𝗻𝘁𝗮 𝗺𝘂𝗷𝗲𝗿 𝗱𝗲 𝗕𝗼𝗹𝗶𝘃𝗶𝗮: Se convirtió en la primera y única mujer en presidir Bolivia desde 1979 hasta 1980. Su compromiso con la igualdad de género y la paz la convirtieron en un símbolo de progreso y cambio en el país.
Se destacó por su lucha de las causas políticas y sociales, defensa de la paz y de la igualdad de género, responsable de la institución del 11 de octubre como Día de la Mujer Boliviana, en homenaje a la escritora Adela Zamudio.
𝗚𝗿𝗲𝗴𝗼𝗿𝗶𝗮 𝗔𝗽𝗮𝘇𝗮 (𝟭𝟳𝟱𝟭-𝟭𝟳𝟴𝟮): 𝗟𝗮 𝗚𝗲𝗻𝗲𝗿𝗮𝗹𝗮 𝗱𝗲 𝗹𝗮 𝗥𝗲𝗯𝗲𝗹ió𝗻: Gregoria Apaza, hermana de Tupac Katari, lideró la lucha durante la rebelión de 1781 que cercó La Paz por siete meses. Gregoria era la generala, administraba los bienes y organizaba los campamentos y dirigía a los guerreros en la batalla. El 16 de octubre, las tropas españolas levantaron el cerco y apresaron a Tupac Katari y a su esposa Bartolina Sisa. Gregoria fue a su rescate y tras la batalla fue apresada. El 5 de septiembre de 1782, la sacaron con una corona de clavos y espinas en la cabeza y un aspa pesada en la mano, como cetro. La pasearon junto a Bartolina Sisa por las calles y plazas. Fue ahorcada. Sus miembros despedazados, su cabeza puesta en picota y sus extremidades quemadas. Las cenizas fueron echadas al viento. Su valentía en la batalla la convirtió en un ícono de resistencia y sacrificio.
𝗕𝗮𝗿𝘁𝗼𝗹𝗶𝗻𝗮 𝗦𝗶𝘀𝗮 (𝟭𝟳𝟱𝟬-𝟭𝟳𝟴𝟮): 𝗟𝗮 𝗚𝘂𝗲𝗿𝗿𝗲𝗿𝗮 𝗔𝗶𝗺𝗮𝗿𝗮: Bartolina Sisa luchó incansablemente junto a su esposo Julián Apaza conocido como Túpac Katari, contra la opresión colonial y dirigió ejércitos en la lucha por la libertad de su pueblo. Su liderazgo y estrategia en la batalla inspiraron a todos los que la rodeaban.
Según los hechos históricos, cuando en 1780 empezó el cerco a la ciudad de La Paz para impedir el ingreso de alimentos, Bartolina Sisa se quedó a cargo del cerco durante unas semanas debido a que su esposo Julián Apaza, debía ausentarse.
Los españoles, al ver a una mujer al mando, enviaron a 300 soldados para apresarla; sin embargo, fue ella quien terminó apresando a los 300 soldados, mostrando sus dotes de líder y estratega.
𝗠𝗮𝗻𝘂𝗲𝗹𝗮 𝗚𝗮𝗻𝗱𝗮𝗿𝗶𝗹𝗹𝗮𝘀 (𝟭𝟳𝟱𝟮-𝟭𝟴𝟭𝟮): 𝗟𝗮 𝗛𝗲𝗿𝗼í𝗻𝗮 𝗱𝗲 𝗹𝗮 𝗖𝗼𝗿𝗼𝗻𝗶𝗹𝗹𝗮: Manuela Gandarillas se destacó en la defensa de su ciudad, Cochabamba, enfrentando a un ejército español con valentía y determinación. Su sacrificio y el de las mujeres que la acompañaron son un testimonio de la resistencia ante la opresión.
𝗠𝗮𝗿𝗶𝗮𝗻𝗮 𝗭𝘂𝗱áñ𝗲𝘇 (𝟭𝟳𝟳𝟴-𝟭𝟴𝟯𝟬): 𝗟𝗮 𝗛𝗲𝗿𝗼í𝗻𝗮 𝗱𝗲𝗹 𝗣𝗿𝗶𝗺𝗲𝗿 𝗚𝗿𝗶𝘁𝗼 𝗟𝗶𝗯𝗲𝗿𝘁𝗮𝗿𝗶𝗼: Hermana de Jaime de Zudáñez, desempeñó un papel fundamental en el estallido del primer grito libertario de América en 1809. Su valiente llamado a la resistencia fue esencial para el movimiento de independencia.
𝗝𝘂𝗮𝗻𝗮 𝗔𝘇𝘂𝗿𝗱𝘂𝘆 𝗱𝗲 𝗣𝗮𝗱𝗶𝗹𝗹𝗮 (𝟭𝟳𝟴𝟬-𝟭𝟴𝟲𝟮): 𝗟𝗮 𝗠𝗮𝗱𝗿𝗲 𝗱𝗲 𝗹𝗮 𝗣𝗮𝘁𝗿𝗶𝗮: Juana Azurduy de Padilla luchó incansablemente por la independencia del Alto Perú. Optando por las armas en lugar del convento, su liderazgo en la batalla la hizo merecedora del título de «Madre de la patria.»
𝗩𝗶𝗰𝗲𝗻𝘁𝗮 𝗝𝘂𝗮𝗿𝗶𝘀𝘁𝗶 𝗘𝗴𝘂𝗶𝗻𝗼: 𝗟𝗮 𝗡𝗼𝗯𝗹𝗲 𝗠𝘂𝗷𝗲𝗿 𝗜𝗻𝗱𝗲𝗽𝗲𝗻𝗱𝗲𝗻𝘁𝗶𝘀𝘁𝗮: Heredera de la nobleza, desafió las normas al unirse a la causa independentista y ofrecer su fortuna y bienes para la Revolución de 1809 en La Paz.
𝗜𝗴𝗻𝗮𝗰𝗶𝗮 𝗭𝗲𝗯𝗮𝗹𝗹𝗼𝘀 (𝟭𝟴𝟯𝟭-𝟭𝟵𝟬𝟰): 𝗟𝗮 𝗘𝗻𝗳𝗲𝗿𝗺𝗲𝗿𝗮 𝗲𝗻 𝗹𝗮 𝗚𝘂𝗲𝗿𝗿𝗮 𝗱𝗲𝗹 𝗣𝗮𝗰í𝗳𝗶𝗰𝗼: Nació en lo que ahora es Warnes (entonces llamado La Enconada) en Santa Cruz, el 27 de junio de 1831. Se casó y enviudó dos veces, al morir su segundo marido partió a La Paz, donde se dedicó al oficio de costurera. En 1876 participó de la quema del Palacio de Gobierno en el intento fallido de derrocar el gobierno del presidente Tomás Frías. Allí, se enteró de la invasión chilena en marzo de 1879. A pesar de que el comunicado del Gobierno eximía a residentes de Santa Cruz y Beni de enlistarse, debido a la distancia; Ignacia Zeballos se trasladó a La Paz a lomo de caballo junto al “Escuadrón Velasco”. Se enlistó al Batallón Colorados y fue a Tacna vistiendo el uniforme de su difunto marido, el teniente Blanco.
𝗠𝗮𝗿í𝗮 𝗕𝗮𝗿𝘇𝗼𝗹𝗮: 𝗟𝗮 𝗛𝗲𝗿𝗼í𝗻𝗮 𝗱𝗲 𝗹𝗮 𝗠𝗮𝘀𝗮𝗰𝗿𝗲 𝗱𝗲 𝗖𝗮𝘁𝗮𝘃𝗶: Lideró a 8,000 mineros en la masacre de Catavi en 1942. Su valentía y determinación contra el ejército en defensa de sus derechos laborales se convirtieron en un símbolo de resistencia.
La leyenda la recuerda envuelta en una bandera tricolor, a la cabeza de una columna de 8.000 mineros, enfrentando la metralla del ejército en la pampa que años después llevaría su nombre.
𝗗𝗼𝗺𝗶𝘁𝗶𝗹𝗮 𝗕𝗮𝗿𝗿𝗶𝗼𝘀 𝗱𝗲 𝗖𝗵𝘂𝗻𝗴𝗮𝗿𝗮: 𝗟𝗮 𝗠𝘂𝗷𝗲𝗿 𝗾𝘂𝗲 𝗗𝗲𝘃𝗼𝗹𝘃𝗶ó 𝗹𝗮 𝗗𝗲𝗺𝗼𝗰𝗿𝗮𝗰𝗶𝗮: Nació en Potosí, a los diez años se hizo cargo de sus cinco hermanas tras la muerte de su madre, dando sus primeros pasos en la minería rescatando el mineral de entre los residuos y desmontes.
Desde 1963, participó en el combativo Comité de Amas de Casa de Siglo XX, organización que agrupa a las esposas de los trabajadores de aquel centro productor de estaño en una de las comunidades mineras; organización que supo hacerle frente a todas las dictaduras y gobiernos autoritarios durante las décadas de 1960, 1970 y 1980. Fue una líder minera que representó a su comunidad en conferencias internacionales y desafió las normas establecidas. Su activismo influyó en los acontecimientos políticos en Bolivia y más allá.
Estas once mujeres son solo un ejemplo de la riqueza histórica y la valentía de las mujeres bolivianas a lo largo de los años. En este Día de la Mujer Boliviana, celebramos su legado y recordamos que su lucha por la igualdad y la justicia sigue inspirando. Su contribución a la historia de Bolivia es incalculable, y su influencia perdurará en la memoria de la nación para siempre.